lunes, 18 de noviembre de 2013

No entiendo a los luchadores... (I)

No entiendo a los luchadores, sobre todo a aquellos que luchan para que la sociedad asuma determinadas ideas.

Por ejemplo, no puedo comprender a los que luchan contra el aborto. No me estoy posicionando, repito: NO ME ESTOY POSICIONANDO, ni a favor ni en contra del aborto. Solo digo que no puedo entender que nadie, político, religioso, leguleyo... pretenda decidir sobre lo que pasa dentro del útero de cualquier mujer. Si la excusa es legal o política, lo siento, es decidir sobre lo que ocurre dentro de un cuerpo humano. insisto: NO DIGO QUE ME PAREZCA BIEN O MAL QUE SE ABORTE. Solo digo que lo que pasa dentro de un cuerpo humano, solo es potestad de quién habita ese cuerpo.

Si la excusa es religiosa, tampoco lo entiendo, por un lado, lo que está dentro de la mujer que lo haga, no tiene pecado, así que no debe termerse por su alma. Y en cuanto a la salvación o no, de la dueña del útero, es asunto de ella y de su Dios, sea el que sea.


Si empezamos a decidir sobre lo que ocurre dentro de un útero, cuanto tardaremos en decidir sobre quién es apto para tener hijos. Desde luego, a algunos dan ganas de impedirles propagar la semilla, pero sería meterse en un derecho fundamental, y eso nadie lo discute, por muy descerebrado, imprudente, irresponsable o malvado que sea. Ni a los presos más peligrosos y monstruosos se les niega el derecho a la progenie.

Desde luego, y ante estos temas, hay algo que falla, que no está bien enfocado. Algo que hay que solucionar de base, en una sociedad, antes de poder debatir sobre algo tan fundamental, tan básico.


martes, 12 de noviembre de 2013

Mi visión sobre Sweet Home Alabama o porqué Melanie Smooter tenía razón. (SPOILERS DE PELI DE 2002)

También es válido para el Doctor Mateo.

Y es que al cabo no son más que historias sobre gente que es mejor y que paga el precio de serlo.

Porque el mundo, los humanos, (mezquinos y deshonestos, que decía Mégara, la mejor) no permite que la gente sea mejor. Vivimos en un mundo donde la mediocridad, la grisacea sombra de "lo normal" no permite desertores.

Melanie Smooter dejó atrás su pasado insulso, triunfó, y volvió (gran error) a donde había sido simplemente una más. Y no se lo perdonaron, la asediaron, la tirotearon a preguntas, miradas, comentarios...
Y claro, una masa ante una sola persona, por muy superior que sea, siempre gana.

Así nos va. Nos pone lo ordinario, lo absurdo, lo plano, lo falsamente original. Pero dejamos lo extraordinario, lo mejor, lo superior, olvidado en rincones sombríos y húmedos. Relegados a artículos mínimos en periódicos, o a veces a la sencilla ignorancia o indiferencia.

También la envidia juega un papel fundamental, si alguien nos demuestra que ha destacado, que ha evolucionado, nos hace sentir peores, ergo, le atacaremos y asediaremos de la forma más vil hasta lograr atraerlo de nuevo a nuestro mundo gris y plano, hasta que todo vuelva a ser normal. De hecho hacemos eso con las nuevas generaciones, par aque nada a nuestro alrededor cambie, para que todo se mantenga tan apagado y normal, que no pensemos que hay un mundo del que nos tenemos que preocupar. No sea que crezcan y evolucionen y nos hagan a la fuerza pensar, analizar, expandirnos. Dios nos libre.

Realmente hay gente que es mejor, que sobresale, que ha evolucionado y pertenece a nueva especie, y espero, solo espero, que sea una nueva raza paciente, serena, y domine el mundo en un futuro, y nos mande a todos los que nos hemos esforzado en ser mucho menos de lo que pudimos ser, a tomar mucho viento.