domingo, 30 de junio de 2013

Mi pequeño, extraño, sucio y torpe homenaje a Julio.

Toco tu centro, toco los pliegues de tu centro, voy trazando un mapa de un universo que se expande y se contrae extinguiendo y naciendo la vida cada con los ardilleos de tu sangre y mis dedos. A ti no te resulta extraño tener ese poder. Y me observas sonriendo y mordiendo desde la soberana altura de la almohada.

Y jugamos al mar invasor, a conducir dos cuerpos que se encienden como fósforos raspando. Y te dibujo con mi boca, y tu me indicas los trazos, y me instruyes, y no siempre te hago caso, y luchamos, y te ahogas, y me ahogo, y reímos. Y de repente me doy cuenta de que eres como un antiguo palacio lleno de columnas. Donde el aire crea corrientes resonando y me trae tu sonido, ululando, silbando, rezando.
Mis manos te toman pesadamente, hundiendose en tus piernas, en tus  muslos, y jugamos a la luna, y representamos la escena de Buñuel "de aquella manera". Y morimos pequeñamente, explotando en millones de lápices de colores afilados. Completas tu rezo y me llenas la boca de flores, y apoyas mi cabeza en tu hombro.

Nos desparramamos y dormimos.




Alejandro González. En homenaje a los 50 años de Rayuela

(Aclaración: el texto es mío, bueno o malo, es mío, a fecha de 30/06/2013, no copieis, no plagieis. Si no os gusta, me parece perfecto, y si quereis ponerlo también. Si os gusta, lo mismo.)




( Fuente de la foto: libertine.nu )